LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA
LIBRO DE EDGARDO MALASPINA.




LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA
2014

sábado, 8 de marzo de 2025

CARNAVALES EN LAS MERCEDES DEL LLANO

 

LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA.

CARNAVALES EN LAS MERCEDES DEL LLANO.

Edgardo Rafael Malaspina Guerra




1

Los carnavales en Las Mercedes se celebraban con agua y sustancias nocivas para la salud que estaban prohibidas por las autoridades,  y precisamente por esa prohibición  se   celebraban con bastante agua y muchas sustancias nocivas para la salud. Los anuncios prohibitivos se hacían con pancartas y con perifoneo desde una patrulla policial.

2

En los barrios se organizaban verdaderas pandillas armadas con polvos, cremas y baldes llenos de agua con colorantes, frutas y huevos podridos.  De lejos se divisaban las bandas provenientes de los diferentes barrios. Eran famosas las patotas  de La peñita, La Rochela. Cinco de julio y La Quinta.

También circulaban camionetas con trullas lanzando agua a diestra y siniestra, mientras los transeúntes empapados respondían con improperios, madres de por medio.

3

El campo de batalla se conformaba en la medida que esos ejércitos de enmascarados se acercaban unos a otros. El encontronazo se iniciaba con ánimos de alegre celebración, pero terminaba en verdadera trifulca generadora de heridos y nuevas enemistades. En una ocasión le lanzaron un balde agua fría a una señora que caminaba tranquilamente por una acera y su muerte fue instantánea. Los rumores se corrieron: murió porque acababa de planchar y su cuerpo no soportó los cambios bruscos de temperatura. El médico dijo que el deceso se produjo por inhibición vagal, algo que los rusos definen como la conversión de una nimiedad en una enormidad: una mosca transformada en un elefante. Si sabes que te bañarán con agua fría, no pasa nada porque tu cerebro está preparado. Pero si te bañan con agua fría repentinamente, el corazón puede paralizarse. Las sorpresas nunca son buenas.

4

A un anciano, pastor de cabras, le lanzaron una bomba de agua, previamente colocada en un refrigerador. Llegó a la consulta del médico manifestando cierto malestar facial y oftálmico. Le diagnosticaron parálisis de Bell, un eufemismo para decir “cara torcida”. Más tarde aparecieron  en su rostro unas vesículas que llegaban hasta una de las orejas (decía  escuchar mal). El doctor habló de Síndrome de Ransay Hunt, o herpes zóster, y para que le entendieran mejor dijo que era una culebrilla facial. El galeno le hizo una receta, y el viejo pasó por la farmacia y también por la buhardilla de un brujo, experto en ensalmos con yerba mora.

5

Las cosas cambiaron con el tiempo. Una vez vi a unos amigos celebrando el carnaval en círculo cerrado. Eran siete y cada uno compraba una botella de whisky cada vez que se agotaba el licor. Contaban  historias de la infancia, compartían  bocadillos y jugaban con agua entre ellos, por prudencia. No se sabe cómo reacciona un desconocido. Luego fueron a un bar “familiar” con música estridente, ríos de agua en los pisos y bailes de arrabal.

6

Esta manera desmesurada de celebrar los carnavales era una tradición en todo el país. Eso se desprende de un cuento de Rómulo Gallegos de 1919, llamado “El crepúsculo del diablo”, donde se habla de riñas con palos y piedras entre las cuadrillas del diablo y un payaso. La camorra terminó con la derrota del diablo que perdió hasta los cachos de chivo que adornaban su cabeza. Esto sucedió  en Caracas. Y como sabemos, la provincia sigue el ejemplo que Caracas dio.

 

 

 

 

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