LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA
LIBRO DE EDGARDO MALASPINA.




LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA
2014

sábado, 1 de octubre de 2022

PALABRAS EN EL SEXAGÉSIMO OCTAVO ANIVERARIO DEL GRUPO ESCOLAR MONSEÑOR RODRÍGUEZ ÁLVAREZ DE LAS MERCEDES DEL LLANO.

 


PALABRAS EN EL SEXAGÉSIMO OCTAVO ANIVERARIO DEL GRUPO ESCOLAR MONSEÑOR RODRÍGUEZ ÁLVAREZ DE LAS MERCEDES DEL LLANO.

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

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Son casi 70 años de la fundación del Escolar Monseñor Rodríguez Álvarez. La historia de esta institución mercedense , inolvidable y muy querida para muchos de nosotros, está recogida en nuestras crónicas y en un libro importante de la profesora Ligia Navas que presentamos en el 2004. Una vez hablamos de los antecedentes educativos, de la primera maestra del pueblo Concha Rachadell, cuyos apuntes también pudimos publicar y de los primeros estudiantes .

2

Ahora hablaremos de recuerdos más íntimos. Tenía mucha razón Fernando Savater cuando dijo que la máquina que mejor perpetua la memoria es la nostalgia. Hay nostalgia por aquellas clases con dos turnos. No había tiempo para el ocio. Nos levantábamos temprano. Desayunábamos y caminábamos por la calle Eliseo Marchena .Esperábamos bajo la ceiba, que está al frente del grupo escolar, hasta que abrieran el portón y luego marchábamos en fila hasta el patio de formación antes de entrar a los respectivos salones. Con cariño recuerdo a mis primeros maestras desde Josefina de Moreno en primer grado hasta la maestra Dalila de Arbeláez en sexto grado. Aprendimos a leer y a escribir desde el inicio de nuestros estudios. La Historia de Venezuela y la Historia Universal nos abrieron todo un mundo de ensueños.

Regresábamos a casa al mediodía. Luego del almuerzo partíamos nuevamente hasta Monseñor Rodríguez Álvarez. Ese turno terminaba a las cinco de la tarde.

3

Hay nostalgia por aquellos pupitres grandes con gavetas para colocar cuadernos, libros y lápices de colores. Hay nostalgia por las hojas blancas para trazar nuestros dibujos ingenuos pero salido de nuestras manos y de nuestro más genuinos sentimientos. Hay nostalgia por las planas para mejorar nuestra letra y corregir errores ortográficos . Hay nostalgia por aquellas madrugadas con un cielo lleno de luceros para estudiar en voz alta porque según mi padre a esas horas se fijaban mejor las lecciones en la memoria y la voz alta reforzaba el aprendizaje.

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En los primeros años aprendimos aquellas canciones infantiles, algunas nos hacían reír, otras nos hacían lloran porque nos parecían muy tristes. El himno nacional, la bandera, el himno al árbol, el araguaney que ahora asocio a las primaveras y también a las estaciones de otoño por las hojas amarillas , y que más tarde se quedaron grabadas junto a Vivaldi, son algunos de estos gratísimos recuerdos.

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Los amplios pasillos de pisos rojos los recorríamos con alegría. Los almendrones siempre fueron una delicia de los recreos junto a las uvas de playa de aquellos patios que en nuestra infancia veíamos como espacios muy extensos y misteriosos.

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Empecé a estudiar cuando era director de la escuela Luis Gabriel Tocuyo. Luego vino otro director: Celestino Doroteo Silva. Y finalmente tuvimos de directora a la maestra Evelia Ortiz de Ochoa. A todos ellos se les recuerda con inmenso cariño .

7

El respeto a los mayores y a los maestros se demostraba poniéndose de pie si alguno de ellos entraba a nuestros salones y en el silencio mientras la clase era explicada. Cuando ingresé a la Facultad de Medicina en Moscú noté que está practica de ponerse de pie cuando un profesor ingresaba a nuestra aula era una costumbre común en Rusia desde la primaria hasta en las universidades,  entonces recordé a mi escuela Monseñor Rodríguez Álvarez.

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Los dictados, las lecturas en voz alta, las guías con preguntas y respuestas, los exámenes escritos, los interrogatorios, las tareas con ilustraciones, la tiza, el pizarrón y las primeras enciclopedias se quedaron para siempre en nuestros cerebros y corazones.

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Las letras explicadas con alguna frases como “corre Roque la casa se quema para explicar la “q” es una nemotecnia que aún me acompaña. Las lecturas para la casa en libros de cuentos con caballos alados que cruzaban las estrellas y pasaban cerca de la luna se repetían en nuestros sueños.

Tengo los mejores y gratos recuerdos sobre mi escuela primaria Monseñor Rodríguez Álvarez y un agradecimiento infinito para con mis maestros.