LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA
LIBRO DE EDGARDO MALASPINA.




LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA
2014

domingo, 24 de septiembre de 2023

EVOCACIÓN DE LAS FIESTAS PATRONALES DE LAS MERCEDES DEL LLANO

 

EVOCACIÓN DE LAS FIESTAS PATRONALES DE LAS MERCEDES DEL LLANO.

ERMG


 

1

En Las Mercedes, hoy 24 de septiembre, hay fiestas patronales , aunque por lo que me dicen no son iguales. Las fiestas de nuestro pueblo tenían carácter nacional: venía gente de todas partes a celebrar. Recuerdo a muchos artistas que hacía sus espectáculos en las calles . Cerca de la barbería de Angelino, al lado de nuestra casa,  una vez se presentó un violinista argentino, más allá estaban unos mariachis mexicanos con sus corridos tristes, y para no quedarse atrás, la burriquita irrumpía entre la multitud alegre. Las noches eran para la Billo, la Dimensión Latina, Natucha y otras orquestas y cantantes que la política ha convertido en un sólo recuerdo. Los maratones, las carreras de saco, el “palo ensebao”, las carreras de bicicletas, los payasos que andaban en zancos o en una rueda gigante y otros espectáculos son parte de nuestras acuarelas infantiles. La elección de la reina a través del conteo del dinero que recolectaban era un acontecimiento que finalizaba en la madrugada con esa peculiaridad única : La más bonita era la que recogía más real.

2

Los toros coleados eran imperdibles. Papá nos llevaba en algunos de sus carros. Las terneras en muchas de las esquinas o barrios del pueblo sólo pueden ser comparadas con las bacanales romanas, donde todos, independientemente de su condición social comían, bebían y conversaban como amigos de toda la vida.

3

Por las calles deambulaban los tahúres con sus envoltorios de barajas , los dados con un vaso y una tabla que en un santiamén convertían en una mesa. Nadie les ganaba, pero la gente insistía en seguir apostando. También aparecían los prestidigitadores, esos tipos que son unos magos con sus manos. Papá se alegraba porque las ventas mejoraban. Una vez papá me dejó para que atendiera la carnicería mientras él salía por diligencias. Se presentó un comprador que claramente era un forastero. Compró un kilo de carne. Pagó y le di el vuelto. Luego me pidió que le cambiará unos billetes grandes por unos más pequeños. Al final se marchó y cuando revisé la gaveta sólo encontré unos pedazos de periódicos cubiertos con el billete de la más baja denominación . El forastero era uno de esos prestidigitadores o estafadores, maestros del paquete chileno.  Papá armó un escándalo y no dejaba de repetir: ¡Hay que tener malicia, mucha malicia!

4

Mamá salía a veces con nosotros, compraba sus bagatelas y nos daba monedas para jugar al tiro al blanco o tratar de ensartar botellas forrada con billetes con unas argollas metálicas que siempre caían al lado de los frascos. Una vez me monté en la rueda y al bajar estaba muy mareado, pero igual le pedí dinero a mamá para seguir dando vueltas…

5

La abuela Matilde asistía a los actos religiosos y aprovechaba para ir al cementerio. Más de una vez la acompañé para limpiar tumbas y prender velas. Hasta el momento me pregunto el porqué de esa costumbre fúnebre en plenas fiestas patronales.

6

El tío Nemesio era uno de las personas más contentas en las fiestas patronales porque lo buscaban de la prefectura para darle trabajo como policía.  Mantener el orden ante tanta cantidad de visitantes exigía la presencia de más agentes policiales . Entonces veíamos a tío Nemesio con su uniforme marrón bien planchado, una botas negras, una cachucha de oficial y un garrote terciado en la cintura. Tio Nemesio decía que lo del trabajo era bueno, pero había un problema: No podía echarse un trago, mientras los demás disfrutaban sus cervezas frías. Decía esto y se reía.

7

Como dijo el poeta español Antonio Machado en unos versos musicalizado por Joan Manuel Serrat :

Todo pasa y todo queda,

pero lo nuestro es pasar,

pasar haciendo caminos,

caminos sobre la mar.

 

Al andar se hace camino

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

FOTOGRAFÍA: Edmundo Malaspina