LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA
LIBRO DE EDGARDO MALASPINA.




LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA
2014

viernes, 29 de julio de 2011

jueves, 28 de julio de 2011

jueves, 14 de julio de 2011

XXXIX CONVENCIÓN DE CRONISTAS OFICIALES EN MARTURÍN

EL DR. MALASPINA FELICITA AL DR. NARVÁEZ, RATIFICADO EN LA PRESIDENCIA DE ANCOV.

EN LA XXXIX CONVENCIÓN DE CRONISTAS OFICIALES EN MATURÍN

Por: Edgardo Malaspina




Recientemente estuvimos en Maturín participando en las deliberaciones de la XXXIX Convención de Cronistas Oficiales de Venezuela, junto a otros representantes guariqueños: Fernando Rodriguez (Ortiz), Felipe Hernández (Valle de la Pascua),Italo Jimenez (Camaguán), Soraya González (San José de Guaribe), Félix Célis (El Sombrero) y Carlos López (Altagracia de Orituco).



Este encuentro constituyó una oportunidad para ratificar , una vez más, el estudio de la microhistoria como mecanismo fundamental para preservar la memoria colectiva, bastión sin el cual es imposible apuntalar la autoestima necesaria para impulsar el desarrollo y progreso de los pueblos. Entre sesiones solemnes del Consejo Legislativo de Monagas y el Concejo Municipal de Maturín, los cronistas oficiales del país, junto a investigadores universitarios y cronistas escolares escuchamos muchas excelentes ponencias.






Me interesó vivamente la disertación del doctor Asdrúbal González, cronista de Puerto Cabello, sobre la maniobra militar de “pica y juye” empleado por José Antonio Paéz con el agregado conocido “vuelvan caras”. Digresión: Páez es para mí una figura incomparable de nuestra historia patria , basta leer sus memorias para admirarlo siempre. Es más, la Misión Sucre debería llamarse Misión Páez porque fue el Centauro del llano quien después de adulto aprendió a leer y escribir; estudió idiomas; hizo traducciones del inglés y del francés al español; amó la pintura; compuso poemas y canciones; tocó el piano y el violín; organizó veladas de fandango animada con su propia voz de barítono; montó obras de teatro (una vez hizo el papel de Otelo);leyó al revés y al derecho El Quijote, la obra más exquisita y sublime del castellano; y escribió ese maravilloso libro sobre su vida, devenido en documento indispensable para estudiar la guerra de nuestra independencia. Es decir, Páez obtuvo su educación superior por sus propios medios y esfuerzos cuando ya no era joven. La guerra fue su universidad.







Bien,volvamos al “pique y juye”, táctica militar que nació hace ocho siglos en Asia, utilizada por los tártaros en sus invasiones, según testimonio de Marco Polo en Libro de las Maravillas. El punto clave es que la misma fue aplicada por primera vez en nuestro país por Manuel Piar en 1814 en Maturín, derrotando con unos pocos jinetes al bando realista. La pregunta de rigor es si Páez en 1819 (Queseras de Medio) conocía de esas experiencias castrenses o actuó bajo la influencia de un instinto militar superior.
En otro orden de ideas : EL Dr. Heraclio Narváez fue ratificado en la presidencia de ANCOV. Por Guárico intervino el doctor Felipe Hernández para hablar de la interesante biografía de Leonardo Infante, pero más interesante aún resultaron sus aclaratorias, fuera del foro, sobre el héroe , entre sorbos de café en conversación amena.






Impactante resultó la exposición de motivos realizada por el profesor Fernándo Rodriguez para repatriar los restos de Juan Germán Roscio y darle sepultura definitiva en el Panteón Nacional. Todos los cronistas oficiales del país firmamos la petición respectiva. La convención también abordó los temas gremiales, porque es imposible ocultar que algunos gerentes municipales tratan de desconocer el trabajo de los cronistas; tal vez porque creen erradamente que socialismo es sinónimo de atropello. Marx los agarre confesados.









CRONISTAS OFICIALES GUARIQUEÑOS



domingo, 10 de julio de 2011

D0ÑA YOLE


CRÓNICAS DE LAS MERCEDES DEL LLANO

DOÑA YOLE Y LA PRIMERA LIBRERÍA DEL PUEBLO

Por: Edgardo Malaspina

Andrea Paladio , el célebre arquitecto italiano del Renacimiento, desarrolló su actividad Construyendo hermosos templos y palacios en su ciudad natal, Vicenza; hecho cultural por el cual la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad. Precisamente en Vicenza nació una mercedense que todos recordamos con cariño: Yole Cogno Poletto (24.11.1912-3.03.2000).


Juan Bosco, un santo famoso por defender a los niños desvalidos y fundador de una congregación religiosa, hizo sus estudios en Chieri, una ciudad que apareció desde la propia prehistoria. En Chieri nació Vincenzo Molino Grandi ( 3.11.1915-1988), esposo de Yole. Doña Yole, como todos la llamábamos, y Vincenzo emigraron a Lausana (Suiza) en 1946. Los países participantes en la segunda guerra mundial estaban devastados y su gente marchaba a otros lugares en busca de paz y trabajo. Ella, contadora de profesión; él, albañil, se mantienen en tierras suizas hasta 1949, cuando llegan a Venezuela por la Guaira.

Caracas y Puerto La Cruz son destinos efímeros; Las Mercedes del Llano es un escenario más atractivo por lo del petróleo. Llegaron al pueblo en 1950; y en 1963 Doña Yole abre una librería , la cual llevaba su propio nombre. Estaba ubicada al suroeste de la Plaza Bolívar, en el sitio que una vez ocupó la primera casa mercedense de tejas, denominada “Casa Marquera”.

Desde los doce años yo solía visitar ese recinto de libros, papeles y lápices. Dos viejitos atendían amablemente a la clientela. Varias veces noté como un texto deteriorado, por arte y magia de la encuadernación, se convertía en una obra nueva. Una vez pregunté por un tomo preciosamente empastado. Tenía unos jinetes en la portada. “Es un libro de aventuras. Muy bueno. Te encantará. Vale cinco”, dijo Doña Yole, y me lo dio para hojearlo. Por varias veces me acerqué a la tienda para observar el libro en el estante. Aún no reunía el dinero. Un día Doña Yole me dijo: sé que vienes por el libro, ¿cuánto tienes? Tres, contesté tímidamente. Llévatelo, fue la respuesta. Desde entonces colecciono ejemplares de El Quijote.

Con el tiempo, Doña Yole se convirtió en mi paciente. Luego de la consulta disfrutaba de su conversación y de su reconfortante café con grappa. Me hablaba de la importancia de la disciplina para triunfar en el trabajo y de la fuerza espiritual que proporciona el hogar para vencer las dificultades. En el frente de su casa estaba escrito como lema esa convicción de la vida: “La mia casa puó sostitoire il mondo, pero il mondo non puó sostituire la mia casa.”

Doña Yole profesaba la certeza mediterránea sobre las dietas y el ejercicio físico para conservar la salud, con una pizca de suspicacia hacia la medicina. Reiteradamente me hizo el siguiente relato: un hombre vivía y trabajaba en el campo, y cada vez que sentía un malestar se dirigía al pueblo más cercano, situado a varios kilómetros de distancia. El largo viaje en busca del médico lo hacía a pie; pero el galeno nunca estaba y entonces el pobre campesino regresaba a su casa sin receta ni medicamentos. Como no había trabajado no tenía mucho que comer. La situación se repetía cada vez que el hombre creía amenazada su salud. El labrador murió en la profunda vejez. En conclusión: nunca lo vio un médico, hizo ejercicios y comió poco; pero vivió bastante.

Tal vez la observancia del antiguo precepto higienista grecorromano hizo que Doña Yole llegara casi a los noventa con memoria lúcida y parlamento ingenioso