LAS MERCEDES. (DEL LIBRO CAMINO REAL)
JULIO DE ARMAS
PARTE 3
Don Jorge, bondadoso y caciquesco, es cabeza de familia, y desde su antigua residencia del “Hato Palacios”, le siguen diez y ocho familias más, como aquellas diez y ocho familias cordobesas que tras un rebaño vacuno y caballar obedecen a Cristóbal Rodríguez, y que después de vencer innumerables obstáculos y describir un extenso arco Tocuyo—Uberito, fundan el primer hato en los llanos de Venezuela.
Cinco casas en torno del jagüey, rodeadas de ancho cuadrante, celebran el primer aniversario en 1669. Las ocupan: don Emeterio Muñoz —a quien le cede el viejo Carpio media legua de terreno—, el Gral. Pablo Emilio Guevara y don Pilar Ramos, casados con doña Juana, doña Trinidad y doña Victoria, hermanas de don Jorge, respectiva mente. Después, año tras año, desde Barbacoas y El Sombrero viene gente al nombrado “Hato Palacios”, que al poco tiempo siguen a don Jorge y se convierten en sus vecinos y pisatarios, a los que se suman, posteriormente, nativos de Chaguaramas, Altagracia de Orituco y Valle de la Pascua, para citarlos en orden cronológico. Y progresivamente se instalan, sembrando màs casas, las familias del Coronel Gabriel Celis, Juan Lecumberre, Nicanor Carpio, Nicanor Avila, Dámaso Landaeta, Capitán Lorenzo Infan te, Salutiano Reyna, Trinidad Marchena, Santos Rangel, Ramón Carpio, Cipriano González, la familia Zerpa y otra más, cuyo nombre no he podido obtener.
Todas estas gentes eran modestos y honrados campesinos, de arraigada vocación por la tierra, y cuya ocupación favorita era la ganadería. Si algunos figuran con títulos militares, se debe a que al cabo de unos años dejaron el caserío para incorporarse a las filas de la Revolución Legalista en 1892. Y como liberales y como llaneros eran amantes de la libertad .
JULIO DE ARMAS
PARTE 3
Don Jorge, bondadoso y caciquesco, es cabeza de familia, y desde su antigua residencia del “Hato Palacios”, le siguen diez y ocho familias más, como aquellas diez y ocho familias cordobesas que tras un rebaño vacuno y caballar obedecen a Cristóbal Rodríguez, y que después de vencer innumerables obstáculos y describir un extenso arco Tocuyo—Uberito, fundan el primer hato en los llanos de Venezuela.
Cinco casas en torno del jagüey, rodeadas de ancho cuadrante, celebran el primer aniversario en 1669. Las ocupan: don Emeterio Muñoz —a quien le cede el viejo Carpio media legua de terreno—, el Gral. Pablo Emilio Guevara y don Pilar Ramos, casados con doña Juana, doña Trinidad y doña Victoria, hermanas de don Jorge, respectiva mente. Después, año tras año, desde Barbacoas y El Sombrero viene gente al nombrado “Hato Palacios”, que al poco tiempo siguen a don Jorge y se convierten en sus vecinos y pisatarios, a los que se suman, posteriormente, nativos de Chaguaramas, Altagracia de Orituco y Valle de la Pascua, para citarlos en orden cronológico. Y progresivamente se instalan, sembrando màs casas, las familias del Coronel Gabriel Celis, Juan Lecumberre, Nicanor Carpio, Nicanor Avila, Dámaso Landaeta, Capitán Lorenzo Infan te, Salutiano Reyna, Trinidad Marchena, Santos Rangel, Ramón Carpio, Cipriano González, la familia Zerpa y otra más, cuyo nombre no he podido obtener.
Todas estas gentes eran modestos y honrados campesinos, de arraigada vocación por la tierra, y cuya ocupación favorita era la ganadería. Si algunos figuran con títulos militares, se debe a que al cabo de unos años dejaron el caserío para incorporarse a las filas de la Revolución Legalista en 1892. Y como liberales y como llaneros eran amantes de la libertad .
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