LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA
LIBRO DE EDGARDO MALASPINA.




LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA
2014

lunes, 22 de septiembre de 2025

HACIA LAS FIESTAS PATRONALES DE LAS MERCEDES, PUEBLO DE LLANO Y MONTE.

 

HACIA LAS FIESTAS PATRONALES DE LAS MERCEDES, PUEBLO DE LLANO Y MONTE.

Edgardo Rafael Malaspina Guerra




1

En mis tiempos estudiantiles en el Liceo Roscio, en una ocasión  viajaba a Las Mercedes con motivo de sus fiestas patronales. Una de las pasajeras era una señora mercedense que vivía en Caracas, y tenía más de veinte años que no visitaba el pueblo.

El chofer era el señor Agustín Contreras, uno de los dos conductores que realizaban el trayecto San Juan de los Morros-Las Mercedes del Llano, y viceversa.

Cuando íbamos llegando a Roblecito, caserío cercano al pueblo, la señora dijo con cierto desdén:

—¡Huele a monte!

Inmediatamente, don Agustín le ripostó de manera muy decente y con mucho orgullo y gallardía:

—Señora, cierto, huele a monte, y eso quiere decir que usted está respirando aire puro. Alégrese de que ya no respira el aire contaminado de la ciudad.

¡Bienvenida al monte de Las Mercedes! Remató don Agustín con cierto dejo de humor e ironía.

2

Bolet Peraza dice que el monte es un gigante que  con su altiva cumbre al cielo, inspira  ideas de dignificación,  si quien lo mira sabe ascender  con él  en espíritu.

Desde la distancia contemplo mi pueblo a través del prisma del recuerdo y la nostalgia, y levito sobre sus predios para poetizarlo.

3

Las Mercedes es monte y llano con sus respectivos potreros. ¿Quién de nosotros no ha participado, de alguna manera, en las bregas diarias de nuestros campos?

Todas las mañanas, mi madre me daba una jarra y decía:

—Vaya a comprar la leche, allá donde Fausta, en la calle “El ganao”.

4

La gente se trasladó del monte para fundar pueblos. Pero se trajo las sabanas con todas sus costumbres y labores. Es por eso que en nuestras poblaciones hay una calle “El ganado”. Allí, en una esquina del mapa pueblerino, estaban los corrales, el ganado pastando o reposando con la caída de las sombras y los cantos de los ordeñadores en las madrugadas entre mugidos.

Más de una vez me correspondió transitar entre bostas para hacer el mandado mañanero de comprar la leche recién ordeñada en la calle El Ganado, un pedacito del llano infinito.

5

Víctor Manuel Ovalles en su famoso libro  “El llanero” afirma que el hombre de nuestros montes ha tenido que luchar con una naturaleza imponente y agreste en un territorio de hermosos y dilatados  horizontes, pero siempre expuesto a muchos peligros. “Por ello la poesía, que inspira la solitaria pampa a su habitador, refleja antes que todo el valor, la destreza, la agilidad y la astucia del hijo de las llanuras”.

6

Existe una interacción dialéctica  del llanero con su tierra, plasmada en una imagen que puede ser, simbólicamente, la de  un becerrero cumpliendo sus tareas consuetudinarias entre establos, aperos y canturreos, la más genuina poesía del ordeño.

 

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