LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA
LIBRO DE EDGARDO MALASPINA.




LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA
2014

domingo, 29 de junio de 2025

EL ALUMBRADO ELÉCTRICO (1936)

 

LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA.

EL ALUMBRADO ELÉCTRICO (1936)

 


Edgardo Rafael Malaspina Guerra.

1

Thomas Alva Edison (1847 - 1931) inventó la bombilla eléctrica en 1879. Ese mismo año apareció el alumbrado eléctrico en varias ciudades de Estado Unidos.

En Venezuela el alumbrado eléctrico empezó a instalarse a partir de 1888 en ciudades como Maracaibo y Caracas.

El sistema de alumbrado eléctrico se extendió poco a poco por varios estados del país.

En Las Mercedes del Llano se instaló en 1936 una pequeña planta eléctrica con veinte bombillos en la plaza y en calles aledañas. El funcionamiento de ese sistema de alumbrado público costaba cincuenta bolívares.

2

Un señor, al que llamaban “Pedro, el Eléctrico” pasaba por las tardes y las mañanas, y con una vara tocaba  una cuchilla que encendía o apagaba las luces.

Pedro el Eléctrico, que andaba en una bicicleta,  recordaba a los faroleros que encendían velas o lámparas de aceite en la época de la Colonia.

 

miércoles, 25 de junio de 2025

UN DEBATE SOBRE HISTORIA DE VENEZUELA.

 

 

 

 

 

 

MEMORIAS MERCEDENSES

UN DEBATE SOBRE HISTORIA DE VENEZUELA.

 


 

 

Edgardo Rafael Malaspina Guerra.

1

Hay momentos que quedan grabados para siempre en nuestra memoria. El cerebro infantil guarda ciertas informaciones que el tiempo jamás borra.

Hurgando entre papeles viejos, encontré un diploma que recibí hace más de medio siglo por haber participado en un debate sobre historia con motivo de los ciento cincuenta años de la batalla de Carabobo.

Rafael Caldera gobernaba el país, y para 1971 se programaron diferentes actividades para celebrar el Sesquicentenario de la Batalla de Carabobo. Sobraron los discursos y los desfiles militares.

2

Nuestra escuela mercedense, el Grupo Escolar Monseñor Rodríguez Álvarez, participó en un debate regional  con otras escuelas del distrito, sobre historia de Venezuela, y con énfasis  en la Guerra de Independencia.

La maestra Dalila seleccionó el equipo de  seis estudiantes y nos apartó del salón con un montón de libros de Historia Patria.

Por nuestras manos pasaron las páginas de Manuel Siso Martínez, José Gil Fortoul, Rafael María Baralt , el Hermano Nectario María, y muchos otros autores importantes; además de enciclopedias, biografías de nuestros héroes, y folletos variados. Estábamos en sexto grado.

3

Teníamos discusiones casi bizantinas del tipo, por ejemplo, quién mato a José Tomás Boves en Urica.

Una vez todos los del equipo nos asombramos porque el Hermano Nectario María le hacía unas críticas muy severas a Simón Bolívar por el Decreto de guerra a muerte. Pensábamos que los héroes eran intocables.

4

Ese pergamino, de hace cincuenta y cuatro años, me hizo volver la vista atrás con nostalgia  para ver la senda que jamás he de devolver a pisar.

¡Qué Antonio Machado nos consuele con sus versos!

 

 

 

 

viernes, 20 de junio de 2025

DON MANUEL TORRES Y SU RESTAURANTE

 

CASAS Y COSAS DE LAS MERCEDES DEL LLANO.

 

 DON MANUEL TORRES Y SU RESTAURANTE.






Edgardo Rafael Malaspina Guerra.

 

1

En la entrada del pueblo, a una cuadra de la plaza Bolívar, estaba ubicado el restaurante de don Manuel Torres, del que solo quedan media pared tambaleante, unas láminas de cinc y un techo de enredaderas, sobre el cual, de tanto en tanto, se posan los pájaros. La naturaleza, tarde o temprano, reclama lo suyo.

Esas ruinas son la metáfora de que el tiempo levanta y desgasta columnas, porque venimos de la noche y hacia la noche vamos. Así lo poetizó Vicente Gerbasi.

Los humanos y las cosas tenemos fecha de vencimiento.

2

 

Don Manuel, con su guayabera “metía por dentro”, se paraba en la esquina, allí donde se ve el poste de la electricidad, para sostener una sobremesa con algún cliente. Estas charlas, por lo general, derivaban  en una discusión que el amo del restaurante cerraba estentóreamente con un ¡Y PUNTO, CARAJOOOOOOO! Daba la vuelta y dejaba a su contrincante con la palabra en la boca.

3

Más tarde, bajo los hervores de Baco, don Manuel volvía a la esquina a la espera de otro interlocutor para aplicarle la misma dosis del punto y todo lo demás.

Fotografía: Edmundo de Jesús Malaspina Guerra.

 

domingo, 15 de junio de 2025

BERIBERI EN LAS MERCEDES DEL LLANO.

 

LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA.

BERIBERI EN LAS MERCEDES.




Edgardo Rafael Malaspina Guerra.

1

José Manuel Sánchez, comerciante viajero, publicó en 1977 sus memorias, llamadas “Mis primeros noventa años”. Allí habla de una supuesta epidemia de beriberi en el pueblo de esta manera:

“Llegué después de seis horas de camino, y al entrar al poblado noté una soledad espantosa: ni una sola persona en la calle; llegando a la plaza oí una voz que salía del postigo de una ventana, que me dijo: ¡joven, váyase de aquí, para que no muera como nosotros: ayer enterraron 57 y para el momento van 20 en lo que va del día! Atemorizado, inmediatamente emprendí el regreso, pero tuve que dormir a campo raso en la sabana, colgando el chinchorro de dos matas de chaparro, pues las bestias, tanto la mía como la del peón y las de las muestras, requerían descanso. Fue una noche muy animada con chillidos de monos que se mecían en una montañuela cercana a mi campamento. Después supe que una epidemia de beriberi fue la causa de la mortandad y casi desaparición del pueblo de Las Mercedes”.

2

 El beriberi es una enfermedad carencial  debida a la insuficiencia de tiamina(vit B 1) en la alimentación. Es una forma de neuritis con dolor, parálisis y edema de las extremidades. En el pasado se describieron en Venezuela varias epidemias con consecuencias mortales. En el Estado Guárico la enfermedad fue estudiada por el vallepascuense Ernesto Díaz Vargas, quien en 1902 hizo una tesis sobre el tema. En 1932 el calaboceño Héctor Landaeta Payares, uno de los pocos médicos guariqueños en la Academia Nacional de la Medicina, describió un caso de beriberi, y en 1933 Eduardo Celis Saune se refirió a ese mal que atacaba en Calabozo. Julio De Armas no lo nombra en sus investigaciones por el Guárico.

3

 No he encontrado  datos que corroboren lo que escribió el viajero Sánchez. Jamás había oído sobre esa epidemia en Las Mercedes con tantas muertes. Por otro lado, no podemos excluir que haya sido un bromista que quiso estropearle su negocio.

Y lo más importante: el beriberi no es contagioso. No se transmite de persona a persona.

 

sábado, 14 de junio de 2025

WILLIAM PÉREZ Y EL TEATRO

 

MEMORIAS MERCEDENSES.

 

WILLIAM PÉREZ Y EL TEATRO.



Edgardo Rafael Malaspina Guerra.

 

1

Omar Morales me tendió la mano cuando decidí marcharme a Caracas—Así inicia William Pérez su relato sobre su incursión en el teatro. Eso sucedía en 1973. En la residencia caraqueña, además de Omar, se alojaban otros mercedenses como Edwin Malaspina, Manuel Ramírez y Juan Loaiza. El hostal que los acogía se ubicaba en San Agustín del Norte, parroquia llena de historia y atracciones turísticas, y cuyas calles siempre están colmadas de gentes de todos los estratos sociales. Cada quien en sus asuntos.

Su primer trabajo en la capital fue de empacador en los supermercados de la cadena CADA, donde se redondeaba una entrada mensual por encima del sueldo que obtenían sus coterráneos con empleos más formales.

2

Aquellos eran tiempos cuando los buses hacia Caracas no pasaban por Las Mercedes. El transporte se tomaba en Chaguaramas o en La Pascua. El punto de llegada era el Nuevo Circo. También se podía tener la suerte de conseguir una cola con un conocido.

Aquellos eran tiempos del bipartidismo y el auge petrolero.

Aquellos eran tiempos del servicio militar obligatorio. Por eso Omar fue reclutado, y William debió enrumbar sus pasos por otros senderos y con otras amistades.

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Antes de marcharse a Caracas, William se movilizaba entre Las Mercedes y San Juan de los Morros. Hizo pasantías por los liceos de secundaria, tocó el cuatro, llevó serenatas, en las madrugadas frías del llano, ante el ventanal de alguna hermosa mercedense,  y cantó para conseguir  dinero y así poder colaborar con la economía familiar. Contribuir con los gastos de su hogar, ayudar a Bernardita, su abnegada  madre que desempeñaba los trabajos más duros y humildes, y apoyar  a sus hermanos lo hacían sentirse, con mucho orgullo, el hombre de la casa.

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Con Eberto Jaramillo, también mercedense,  incursionó en el arte culinario. El restaurante donde atizaba los fogones de la gastronomía italiana se situaba en Sabana Grande. El nombre de ese local era “El bodegón de la pasta”. Este escribano recuerda haberlo visitado junto al amigo Emigdio Soublette.  Esa fonda, especializada en macarrones y espaguetis cocidos bajo el tratamiento de diferentes recetas, pertenecía a un argentino, quien generosamente les permitía pernoctar en su propiedad.

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William recuerda vivamente Sábana Grande, la avenida Casanova y los concurridos locales con mesas y sillas fuera del recinto principal que le daban esa pátina de bohemia a la Caracas nocturna, emporio de intelectuales y artistas.

Allí estaba El gran café, fundado por Papillón, el gran aventurero francés que escribió un libro con sus recuerdos, llevados al cine. Era muy famoso en aquel tiempo. En su cafetín se servía el café en tazas y platillos de porcelana con su respectivo vaso de agua. Era cuestión de cumplir  un rito con  elegancia.

Cerca estaban otras fuentes de soda y cervecerías como El viñedo y La vesubiana.

Estos lugares, propicios para el esparcimiento y la charla cultural con una copa de vino, eran frecuentados por gente de la televisión, la radio y el teatro.

La palabra teatro le cayó muy bien a William, y más aún las personas que lo hacían realidad sobre las tablas, con su estilo de vida desprendido y el desparpajo de las sobremesas.

6

En 1978, William Pérez estaba estudiando en la Escuela Nacional de Teatro. Allí conoció el método de actuación de Stanislavski: el artista debe penetrar en la psicología del personaje que interpreta, sentir sus emociones, crearlo. Esa identificación debe ser plena, creíble.

William asimiló a la perfección ese método, por eso le fueron asignados importantes papeles a su tiempo como actor.

Por su puesto que en esa institución teatral estudió a otros rusos prominentes, creadores de piezas teatrales notables, como Antón Chéjov y su Gaviota; Ostrovski, quien prácticamente vivía en el famoso Mali Teatr de Moscú montando piezas, unas tras otra; el excéntrico Gógol y sus Almas muertas; Pushkin y su Dama de picas o La hija del capitán; Fonvizin, el gran dramaturgo ruso de la época de Catalina II, y muchos otros.

Recibió también lecciones sobre las obras de Shakespeare y su “ser o no ser”; Arthur Miller y Las brujas de Salem; Henrik Ibsen y la Casa de muñecas;  Jean-Paul Sartre y Las moscas.

Fue asimilando poco a poco y de manera consciente cada lectura sobre autores y sus obras para luego actuar con desenvoltura sobre las tablas.

7

William jugó papeles importantes en obras de teatro para niños. Laboró el Teatro de Arte Infantil y Juvenil (TAIJ), fundado por Rafael  Rodríguez  Salas, un caraqueño nacido en Guasdualito. Por esas casualidades ,que el doctor Gustav Jung llama sincronicidad, tanto Rafael como William se iniciaron en el teatro barriendo el escenario.

 

Participa en “La inimaginable imaginación”, La loca ciudad, Tu país está feliz y El espejo de los muertos. Todas, obras de Rafael Rodríguez.

También formó parte del elenco teatral de “El dragón”, del dramaturgo soviético Eugeni Shvarts. Esta es una fábula de corte político para criticar el autoritarismo que se imponía en la URSS con Stalin al frente del gobierno.

La inimaginable imaginación se transmitió por RCTV en 1982 y alcanzó trece capítulos. Los personajes de esta pieza teatral son inolvidables para William. Recuerda con una sonrisa a Glu Glú , el perro parlanchín,  Laura, Orejón y a Gatica, entre otros personajes ficticios.

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William conoció de cerca  a los integrantes  de la llamada  Santísima Trinidad del teatro venezolano; es decir, al trío de grandes dramaturgos que impulsaron el arte de los escenarios: Isaac Chocrón ,  Román Chalbaud y José Ignacio Cabrujas.

Chocrón era el más elitesco, aunque con los actores se mostraba sencillo y tratable.

Chalbaud, de baja estatura, gordito, era cortés. Sus temas provenían del mundo marginal, de los cerros, los burdeles y las intrigas callejeras. William lo caracteriza como excelente persona y muy servicial.

Cabrujas era otra cosa. Siempre andaba pensativo, como fraguando sus piezas teatrales mientras hablaba. Llamaba a William, cariñosamente, “Catire” y lo enviaba a comprar cigarrillos, los cuales olvidaba en algún lugar del teatro. Cuando William hacía el mantenimiento, encontraba las cajetillas de Astor Rojo, la marca preferida de Cabrujas, y se las guardaba.

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William Pérez tuvo dos grandes etapas en su vida: el canto y el teatro. Cuando conoció a este último arte, el de las tablas, se convirtió en su pasión máxima, hasta el punto de haber logrado representar papeles protagónicos.

Ahora tiene otros proyectos vitales en mente: escribir historias de personajes de Las Mercedes del Llano y retomar el micrófono.

Todo a su  tiempo, como dice el Eclesiastés.

DÍA DE SAN ANTONIO. IGLESIA DE LMLL. 13 DE JUNIO DE 2025.

 




lunes, 9 de junio de 2025

EL PUEBLO EN LAS MEMORIAS DE UN VIAJERO.

 

 LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA.

EL PUEBLO EN LAS MEMORIAS DE UN VIAJERO.




Edgardo Rafael Malaspina Guerra.

 

José Manuel Sánchez, agente viajero, recorrió todo el país representando a muchas firmas comerciales. Nacido en 1887, visitó los pueblos de Venezuela para colocar sus mercancías en pulperías y otros  establecimientos comerciales. En 1977 publicó sus interesantes memorias con el título de “Mis primeros noventa años”. Allí narra sus aventuras con muchas anécdotas y hechos históricos.

Los pueblos del Guárico estuvieron en la ruta del agente viajero y Las Mercedes del llano no fue la excepción. Sánchez dice textualmente: “En mi itinerario de viajero figuraba el pueblo de Las Mercedes, del Estado Guárico; lo fui a visitar con idea de permanecer dos días, suficiente tiempo para visitar y vender a los pocos comerciantes, ya que esta población era muy pequeña.

martes, 3 de junio de 2025

ANTONIO JOSÉ DE SUCRE: EL MAL JINETE.

 

MEMORIAS MERCEDENSES.

ANTONIO JOSÉ DE SUCRE: EL MAL JINETE.

Edgardo Rafael Malaspina Guerra.



1

La Historia Patria, la grande,  la estudiábamos desde el segundo grado de primaria. El método utilizado era el escolástico: había que aprenderse párrafos enteros al caletre

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En el Grupo Escolar Monseñor Rodríguez Álvarez  de Las Mercedes del Llano , en sexto grado, la maestra Dalila nos habló de Antonio José de Sucre, y nos pidió saberse de memoria la semblanza que hizo Simón Bolívar sobre el Gran Mariscal de Ayacucho, y la cual abarcaba más de una página.

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Parece que Sucre tenía una manera muy peculiar de montar a caballo, por eso cuando  Daniel Florencio O’ Leary  lo vio, por primera vez, le preguntó al Libertador:

—¿Quién es ese mal jinete?

Bolívar le contestó inmediatamente:

—“Es uno de los mejores oficiales del ejército, reúne los conocimientos profesionales de Soublette, el bondadoso carácter de Briceño, el talento de Santander y la actividad de Salom”.

Luego, Bolívar se extendió en alabanzas, destacando su valor, inteligencia y lealtad, sus principios, comportamiento moral y su grandeza del alma.

 

 

 

domingo, 1 de junio de 2025

WILLIAM PÉREZ: EL PRIMER MERCEDENSE EN LA TELEVISIÓN

 

MEMORIAS MERCEDENSES

 

WILLIAM PÉREZ: EL PRIMER MERCEDENSE EN LA TELEVISIÓN.

Edgardo Rafael Malaspina Guerra.


 

 

1

Uno de los hitos artísticos  más importante en la historia mercedense fue la presentación de William Pérez en la televisión nacional: aparecía, por primera vez en una pantalla televisiva, un artista genuinamente mercedense. En aquella ocasión (1969), junto a William, el nombre de Las Mercedes del Llano fue resaltado en los medios radiales y televisivos de todo el territorio de la República.

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Días previos  al fasto musical, en el pueblo se corrió la noticia: William, con apenas doce años, sería presentado en la televisora nacional, en el primer canal fundado por Marcos Pérez Jiménez en 1952: TVN 5. Los mercedenses comentaban la noticia y estaban muy pendientes para encender sus televisores de cuatro patas en blanco y negro.

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Con apenas diez años de edad, William se había iniciado en el canto, y por su voz era catalogado como un niño prodigio. En ámbito mercedense se dio a conocer en fiestas  y actos culturales escolares.

Don Luis Camejo, bondadoso, enérgico y emprendedor (las mejores fiestas patronales mercedenses fueron organizadas por él) pensó que el talento musical de William debía ser conocido más allá de las fronteras mercedenses. Es así como don Luis planifica una intervención de William en la Casa Guárico en Caracas,  uno de los clubes regionales en la capital con mucha fama y prestigio por haber presentado en sus espacios a importantes cantantes extranjeros y venezolanos.

Por esas casualidades felices del destino, Simón Díaz estaba en la Casa Guárico,  sospechó que había surgido una nueva estrella musical, e invitó a William a su programa televisivo “Mi llanero favorito”, emitido por el Canal 5 desde Las Colinas de la Acacias que, a la sazón, contaba con un nutrido frente de telespectadores.

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William viajó a Caracas con un nuevo atuendo: un flux gris  que le regaló doña Olga de Manuitt. Simón Diaz, nuestro más universal cantautor, presentó al niño mercedense. En el pueblo todos los ojos estaban puestos en las pantallas. El conjunto de Cándido Herrera inició los compases. El mercedense ,Ángel Pérez (hermano del Morocho Bandres) rasgo su cuatro. Al armonioso sonido de los instrumentos se unió el timbre de la voz bien entonada y serena del niño William Pérez con la canción “Puerto abandonado” , del incomparable Oswaldo Oropeza (el de Cinco pa las doce) y colocada en los primeros lugares de las preferencias de los melómanos por Ángel Enrique Rivas, “El Ruiseñor de Cumaná”.

Esta canción fue seguida por “El toro y la luna” del  español Carlos Castellano Gómez, y cuya letra encantaba a don Luis Camejo.

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El triunfo de William Pérez fue absoluto y la alegría de los mercedenses fue enorme. A su regreso fue felicitado y agasajado en innumerables ocasiones.

Luego de esa exitosa presentación, William actuó en la Casa Monagas; y Simón Diaz lo llevó a su programa “Rumbos, coplas y canciones”. También participó en el afamado show de televisión “Haga negocio con Ávalos”.