LAS UVAS DEL TIEMPO
(Del baúl de los recuerdos)
Un
día visité la casa natal de Andrés Eloy Blanco en Cumaná y sentí la paz
espiritual que nos invade cuando traspasamos los portones de un templo. Allí
están para nuestra devoción y admiración su escritorio hecho por el propio vate, el consultorio médico de
su padre y los viejos tomos en la biblioteca (“ ¡Mi casona oriental! Aquella
casa/con claustros coloniales, portón y enredaderas/”), todo celosamente
cuidado; y el patio donde crece, un descendiente en quinta generación del
“gran parral que daba todo el año uvas más dulces que la miel de abejas”,
parral que le inspiró el famoso poema que todos conocemos y que los amigos José
Barreto y el profesor José Manuel Celis solían recitar cada 31 de diciembre por
allá en Las Mercedes del Llano.
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