LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA
LIBRO DE EDGARDO MALASPINA.




LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA
2014

martes, 28 de enero de 2014

DOS LIBROS SOBRE LAS MERCEDES DEL LLANO

SOBRE LOS MÁS RECIENTES LIBROS DEL DOCTOR ADOLFO RODRIGUEZ:
EL RAMAJE
Y
 RAMAJES DEL RECUERDO

Edgardo Malaspina

                El  Dr. Adolfo Rodriguez, Cronista Mayor del Guárico, ha publicado recientemente dos libros  : El Ramaje, una novela que el autor define como rosa  en el marco del auge petrolero ; y Ramajes del recuerdo. Ambas obras, es indudable, tienen carácter autobiográfico; no obstante, la primera se hace bajo el prisma de la literatura romántica; mientras que la segunda la podemos ubicar en el contexto de las crónicas. Dos perspectivas muy interesantes de observar una realidad única, por cuanto el espacio y el tiempo donde se desarrollan las tramas  de estos escritos son los mismos de manera general.
 La novela relacionada con la explotación petrolera en Venezuela ha sido trabajada por Rómulo Gallegos, Miguel Otero Silva, Ramón Díaz Sánchez y Pedro Sivira. Este último autor  aborda el tema en Los fantasmas y los residente y La WC Company , y  ubica la trama en el Guárico, precisamente en Las Mercedes del Llano.

 Todos los anteriores autores hacen hincapié en sus obras en la problemática social asociada a la explotación del petróleo: las nuevas clases con sus viejas desigualdades, la opulencia y la pobreza como dos caras de una misma moneda y el surgimiento y auge de pueblos  que más tarde serán parajes fantasmas como consecuencia de no haber sembrado el petróleo, parafraseando a Arturo Uslar Pietri.
 En El Ramaje el conflicto social está presente, no obstante no es la línea magistral que recorre sus páginas. El tema central es el amor, y vista desde la perspectiva de la más poderosa de las pasiones humanas, resulta, entonces, un abordaje inédito.

Por otro lado, como novela rosa también tiene su singularidad: su final no es el clásico cuando triunfa el amor de manera material o corpórea , sino que pasa a un plano superior: el espiritual o platónico, porque Nestor y Rosangela, personajes principales, se aman sin estar jamás juntos.
 Los sucesos se desarrollan en un poblado llamado Las Marías; sin embargo, es fácil precisar que se trata de Las Mercedes del Llano. El Ramaje era la pensión regentada por don Javier Rodriguez, el padre del autor, en  tiempos cuando Las Mercedes petrolera se convirtió en un polo importante de atracción para una gran masa de venezolanos provenientes de todos los rincones del país en busca de mejoras socioeconómicas. Además, se mencionan a muchos  mercedenses como personajes secundarios: Enrique Hernández y su famoso Kiosko Rojo, el Mocho Celestino Ledezma, Rómulo Ledezma, Chingo López, Paratebueno, el Chingo de la cauchera y  el carpintero Márquez, entre otros.
 Cabe destacar al personaje Cecilio Requena, destacado médico que prestó sus servicios en varios pueblos del Guárico. Rodriguez define a Requena como incansable sanitarista y venerólogo. Cito: “Requena halló que siete de cada diez mujeres de las trabajadoras, en los prostíbulos de Las Marías padecían malestar venéreo. No asistían al dispensario ni se controlaban. Detectó casos entre hombres asiduos  a tales recintos y se puso en campaña. Apertrechado de su estruendosa voz y desaprensiva índole, se erigió en calamidad para quienes comerciaban el sexo… Disconforme con la simple estadística, se presentó con bata, maletín, caja de medicamentos y enfermera hasta cada uno de los sectores  catalogados de lenocinio…”

  En Ramajes del recuerdo Adolfo Rodriguez habla de su infancia y primera juventud  en Las Mercedes del Llano, a donde sus padres se trasladaron provenientes de Santa María de Ipire. Con mucho cariño y ternura el autor ve pasar nuevamente ante sus ojos  a todas aquellas personas de buenos sentimientos y gran nobleza que rodearon sus primeros años, con el matiz idealizado que sólo otorga el distanciamiento de los hechos en el tiempo y el espacio.

Rodriguez apunta: “Las Mercedes  del Llano no es una soledad. Ni cuantos prosiguen allá ni quienes de lejos la celamos, hemos dejado de quererla”.
Y en otro párrafo sobre el mismo pueblo: “Aquí estuvo el absoluto. Nada faltaba allí. Si hubo un lugar para la felicidad fue allí. Todo valía la pena. Grata era cualquier estación del año o instante del día: cualquier amanecer, que hubiese la noche o planease el sol en su cenit . Ruidos que convocaban fantasías. El mínimo rumor. Nada que se pudiera despreciar. Estaban todos los tiempos y cualquier edad. Ardiente utopía”.
Aquí cabe preguntarse por la nostalgia como fuente primaria impulsora de la escritura como una de las bellas artes. Unas frases puestas en boca de algunos personajes  de El Ramaje nos dan una respuesta afirmativa:
“-Que si no podemos hacer lo mismo de antes, por lo menos recordarlo”.
“-Uno anda enterrado con los colores y aromas de los primeros días, la casa, la familia. Tu cuna ya es tu tumba”.

Los dos textos brevemente comentados de Adolfo Rodriguez tienen gran fuerza poética y transmiten un sereno mensaje de paz espiritual. Al leerlos   comprendemos mejor y admiramos   el camino recorrido por este ilustre guariqueño. El mismo que una vez soñó una universidad para el Guárico y un centro de investigación para estudiar el llano. Ambos anhelos desde hace tiempo dejaron de ser utopías.



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