CRÓNICAS DE LAS MERCEDES DEL LLANO
RÉQUIEM POR JOSÉ BARRETO, UN GRAN MERCEDENSE
Por: Edgardo Malaspina
La partida de José Barreto me ha conmovido .He libado. He escuchado a Mozart. He leído a Letamendi. Y no lo voy a ocultar: he llorado mucho. Con el vino celebré al eximio poeta que fue Barreto, quien con sus versos cantó a las alegrías y tristezas cotidianas de la existencia. Mozart me consoló con su misa inconclusa para los difuntos; y el sabio médico español me recordó que la muerte es para filosofar. José Barreto llegó a Las Mercedes del Llano en la década de los setenta del siglo XX proveniente del Oriente del país y se quedó para siempre con nosotros. Personaje inquieto y andariego, tal vez dijo como Don Simón Rodríguez “que él no nació para estar en solo sitio cual los árboles, sino para moverse de un lado a otro como las nubes”. En ese sentido pudo haber pertenecido en la Antigüedad a los peripatéticos de Aristóteles, esos pensadores que estudiaban la naturaleza de las cosas al mismo tiempo que caminaban.
Barreto fue un poeta y escritor de alto vuelo; un filósofo de esquina y aceras como Sócrates; un crítico literario de rápidos análisis; un lector empedernido; un aventurero como El Quijote; un serenatero al estilo de los juglares de los viejos tiempos que componía sus propias canciones, les ponía música y con su guitarra las echaba en los ventanales de los pueblos para que no fuera el viento quien las abrigara, sino el cálido pecho de cualquier Dulcinea...
En las noches mercedenses solíamos reunirnos en los bancos de la plaza, en la avenida o en cualquier sitio sentados en el suelo. Hacíamos certámenes poéticos que consistían en recitar de memoria versos de bardos conocidos. Andrés Eloy Blanco era uno de nuestros preferidos. Barreto empezaba:
Ya pasaste por mi casa,
a flor de ti la sonrisa
fuiste un ensueño en la gasa,
fuiste una gasa en la brisa
Y yo continuaba:
Te vi flotar en la bruma
que tu blancura aureola
como un boceto de espuma
sobre un pedestal de ola.
Y así seguíamos con Las Coplas del amor viajero...
Otro ejercicio lírico consistía en escribir estrofas rimadas a dos manos. Una vez decidimos referirnos poéticamente al problema del hambre en algunos países subdesarrollados. Yo lancé el primer verso, seguido por el de Barreto, y así hasta completar el cuarteto:
Ya la tierra no produce el fruto y el pan divino
El hombre sólo comulga con una copa de vino
Echamos la culpa a Dios de nuestras imperfecciones
Y esperamos que del cielo nos manden las soluciones.
Con Barreto muchas veces visité en automóviles campos y pueblos en sus labores comerciales, pero también en caminatas por los montes y sabanas. En una ocasión emprendimos una de esos paseos con varios amigos. Nos deteníamos en algún caño para beber agua, descansar y contemplar los paisajes maravillosos del llano. Tal vez en medio del silencio armonizado por el canto de un ave, dijo: “los humanos no encajamos en este cuadro de la naturaleza, estamos demás”. Ese razonar filosófico lo llevó hasta la poesía, y cuyo ejemplo más palmario es su poema Camposanto, impregnado de una atmósfera existencialista:
Con vacilante paso me detuve
ante la misteriosa verja que separa
el humano sentir de la materia
de la cruel realidad que nos depara.
Yace allí la opulencia y la pobreza:
es morada del mal y la virtud;
es el punto final con que tropieza
el humano saber, toda inquietud.
Es la inviolable ley que determina
la búsqueda infructuosa del intruso,
el dogma natural donde declina
la soberbia impotente del iluso.
Barreto siempre se dedicó a la escritura, pero casi todos sus trabajos se perdieron como consecuencia de sus andanzas. Hoy me siento orgulloso de haber publicado parte de su prosa y de su poesía. El relato Candelaria Acosta y el indio Merecure, hilvanado con magistral agilidad y suspenso, puede ser entendido como una excelente crónica nativista que refleja la interrelación dialéctica de las razas. Con respecto a los poemas diremos que su musicalidad los convierte en verdaderas canciones hermosas. Hace algunos días se comunicó conmigo para reiterarme su amistad y aprecio. Ahora, apesadumbrado pos su adiós eterno, le manifiesto iguales sentimientos ante su tumba.
El gran filósofo de Estagira decía que la poesía tiene más verdad que la historia. Por eso termino con un verso que en 1977 le dediqué a José Barreto:
El mismo que en Las Mercedes cantos compone a la luna
y en ese pueblo aventura por el llano y su confín
Quijote sin Rocinante que partió desde su cuna
en el canal del ensueño: la ciudad de Maturín.
RÉQUIEM POR JOSÉ BARRETO, UN GRAN MERCEDENSE
Por: Edgardo Malaspina
La partida de José Barreto me ha conmovido .He libado. He escuchado a Mozart. He leído a Letamendi. Y no lo voy a ocultar: he llorado mucho. Con el vino celebré al eximio poeta que fue Barreto, quien con sus versos cantó a las alegrías y tristezas cotidianas de la existencia. Mozart me consoló con su misa inconclusa para los difuntos; y el sabio médico español me recordó que la muerte es para filosofar. José Barreto llegó a Las Mercedes del Llano en la década de los setenta del siglo XX proveniente del Oriente del país y se quedó para siempre con nosotros. Personaje inquieto y andariego, tal vez dijo como Don Simón Rodríguez “que él no nació para estar en solo sitio cual los árboles, sino para moverse de un lado a otro como las nubes”. En ese sentido pudo haber pertenecido en la Antigüedad a los peripatéticos de Aristóteles, esos pensadores que estudiaban la naturaleza de las cosas al mismo tiempo que caminaban.
Barreto fue un poeta y escritor de alto vuelo; un filósofo de esquina y aceras como Sócrates; un crítico literario de rápidos análisis; un lector empedernido; un aventurero como El Quijote; un serenatero al estilo de los juglares de los viejos tiempos que componía sus propias canciones, les ponía música y con su guitarra las echaba en los ventanales de los pueblos para que no fuera el viento quien las abrigara, sino el cálido pecho de cualquier Dulcinea...
En las noches mercedenses solíamos reunirnos en los bancos de la plaza, en la avenida o en cualquier sitio sentados en el suelo. Hacíamos certámenes poéticos que consistían en recitar de memoria versos de bardos conocidos. Andrés Eloy Blanco era uno de nuestros preferidos. Barreto empezaba:
Ya pasaste por mi casa,
a flor de ti la sonrisa
fuiste un ensueño en la gasa,
fuiste una gasa en la brisa
Y yo continuaba:
Te vi flotar en la bruma
que tu blancura aureola
como un boceto de espuma
sobre un pedestal de ola.
Y así seguíamos con Las Coplas del amor viajero...
Otro ejercicio lírico consistía en escribir estrofas rimadas a dos manos. Una vez decidimos referirnos poéticamente al problema del hambre en algunos países subdesarrollados. Yo lancé el primer verso, seguido por el de Barreto, y así hasta completar el cuarteto:
Ya la tierra no produce el fruto y el pan divino
El hombre sólo comulga con una copa de vino
Echamos la culpa a Dios de nuestras imperfecciones
Y esperamos que del cielo nos manden las soluciones.
Con Barreto muchas veces visité en automóviles campos y pueblos en sus labores comerciales, pero también en caminatas por los montes y sabanas. En una ocasión emprendimos una de esos paseos con varios amigos. Nos deteníamos en algún caño para beber agua, descansar y contemplar los paisajes maravillosos del llano. Tal vez en medio del silencio armonizado por el canto de un ave, dijo: “los humanos no encajamos en este cuadro de la naturaleza, estamos demás”. Ese razonar filosófico lo llevó hasta la poesía, y cuyo ejemplo más palmario es su poema Camposanto, impregnado de una atmósfera existencialista:
Con vacilante paso me detuve
ante la misteriosa verja que separa
el humano sentir de la materia
de la cruel realidad que nos depara.
Yace allí la opulencia y la pobreza:
es morada del mal y la virtud;
es el punto final con que tropieza
el humano saber, toda inquietud.
Es la inviolable ley que determina
la búsqueda infructuosa del intruso,
el dogma natural donde declina
la soberbia impotente del iluso.
Barreto siempre se dedicó a la escritura, pero casi todos sus trabajos se perdieron como consecuencia de sus andanzas. Hoy me siento orgulloso de haber publicado parte de su prosa y de su poesía. El relato Candelaria Acosta y el indio Merecure, hilvanado con magistral agilidad y suspenso, puede ser entendido como una excelente crónica nativista que refleja la interrelación dialéctica de las razas. Con respecto a los poemas diremos que su musicalidad los convierte en verdaderas canciones hermosas. Hace algunos días se comunicó conmigo para reiterarme su amistad y aprecio. Ahora, apesadumbrado pos su adiós eterno, le manifiesto iguales sentimientos ante su tumba.
El gran filósofo de Estagira decía que la poesía tiene más verdad que la historia. Por eso termino con un verso que en 1977 le dediqué a José Barreto:
El mismo que en Las Mercedes cantos compone a la luna
y en ese pueblo aventura por el llano y su confín
Quijote sin Rocinante que partió desde su cuna
en el canal del ensueño: la ciudad de Maturín.
(NOTA: JOSÉ BARRETO MURIÓ EN CARACAS, EL MARTES,23 DE JUNIO DE 2009.A LAS TRES DE LA TARDE ,DE UN INFARTO FULMINANTE AL MIOCARDIO)
12 comentarios:
Papá te voy extrañar... te amo... dejaste tus huella en el corazón de muchos... dejastes un legado de infinita sabiduria... se te va extrañar mucho... pero estoy tranquila por que se que estas brindadole a Dios tus canciones y poesias.
Algun dia nos volveremos aver... TE AMA ETERNAMENTE TU HIJA JESSICA BARRETO.
Hoy se ha ido un personaje, que para muchos fue anonimo, pero en la literatura venezolana ha de tener un nicho, algun dia reconocido,porque los poetas jamas mueren mientras existan sus letras, la muerte no es el fin, es su camino inmortal..El cariño y el respeto profesado por su pueblo, al conocer la noticia de su muerte, sorprendio gratamente a familiares y amigos que desconociendo algunos de ellos lo que Barreto en su pueblo habia sembrado, amistad, cariños y afectos a la tierra que le dio cobijo durante tanto tiempo, nada mejor para despedir a un poeta que el amor rendido por su pueblo humide y llano. gracias por ser siempre su gran amigo , cuente usted con otro, en mi persona.
Tio siempre te llevare en mi corazon y orgulloaa estare toda de mi vida de haber tenido un tio como tu, siempre tendre presente todos tus consejos.
Tu sobrina for ever.
Vero
Jose que Dios te tenga en sus brazos. gracias por regalarme una copia de tus poesias el dia de la madre, las guardare con mucho amor.
Dejaste aqui una familia que nunca te olvidara, hija, hermanas, sobrinos, amigos...
Tu energia la mantendremos y tu alma siempre estara viva con Dios... no es un adios es solo un hasta luego...
Te quiero tu casi sobrina Tina
Mi querido Barretoqui, como cariñosamente te solíamos decir, nos dejaste sorpresivamente, y te llevaste contigo tantas vivencias y andanzas; nos quedamos con tu hermosa y entrañable amistad y familiaridad. Nos enriquecimos a tu lado con una historia de cariño, con exquisitas melodías, con tu musa, con tu prosa y poesía, con un inigualable talento que sembraste en este "LLANO BONITO", donde tanto te querían.
Así amigo, hoy quiero manifestarte,
que por siempre y sin final estarás en mi recuerdo
y le pido al padre eterno
que te reciba en su seno
y seguro allá en el cielo
tu canto se escuchará
los Ángeles bailarán
Al compás de tus canciones
Y lleno de bendiciones
Eternamente estarás
Hasta Siempre... mi querido "BARRETOQUI"
Tu eterna amiga....
ROSSESTY RODRÍGUEZ BASTIDAS
De Rafael Carvallo
A: El Socio José Barreto
Si pudiera hacer una operación matemáica de las dos formas de tu conducta, que conocimos en el tiempo que estuviste con nosotros.
¡Sucedería Esto!
Tu lado positivo lo llamariamos "N"
Tu lado Negativo lo denominaríamos "S"
Así:
N-N-N
_______
S-S-S
sería Igual a N elevado a la Infinita Potencia
Adorado hermanito:
Fuistes el primero en partir, pero nos queda el consuelo de que algún día estaremos todos juntos de nuevo. En medio de mi tisteza siento alegría; tristeza de que hayas partido, pero la alegría de estar segura de que estás con Dios.
La muerte no es sino una transición por la que todos tenemos que pasar; es como un nuevo despertar a la vida y aunque es difícil separarse de los seres queridos, te aseguro que, como Cristo dijo, nos volveremos a encontrar. Mientras estemos vivos formarás parte de la historia de nuestros recuerdos; estarás presente en cada lágrima, en cada sonrisa, en cada minuto y en el aprendizaje que dejaron las experiencias vividas.
Tu hermana,
Carmen Barreto F.
José:
Fuistes mi hermano y también mi amigo
y de modo inesperado has partido
sé que estás con Dios como siempre lo has querido
de un mismo vientre hemos nacido.
Ahora mi corazón se siente herido
porque en mis brazos has exhalado tú último suspiro
aún sabiendo que Dios, nuestro hermano, así lo ha querido
a todos nos has dejado sorprendidos.
La muerte inesperada no nos dió tiempo de haberte socorrido
a Mariela, Galis, hermanos, sobrinos, ahijados, compadres, parientes y amigos
y todo tú llano ha quedado enlutado y muy entristecido.
Tu hermana,
Ligia Barreto
Jose, con tu simpatía y dulzura marcaste un huella en el corazón de cada persona que te conoció. Para mi fuiste un guía, una mano amiga, que desde que jugabamos con las bicicletas en la redoma nos ayudo para disfrutar cada tarde. Pasaron los años y cada vez, a lo mejor con menos frecuencia, al verte seguías transmitiendo el mismo amor y la misma ternura a pesar de que ya hubiésemos crecido, nunca olvidaré que antes de irme me diste la bendición y me deseaste lo mejor en esta nueva vida. Gracias...
Se que ya estás en un lugar mucho mejor, porque ya en la tierra eras un ángel...
Dr. Edgardo Malespina:
Nosotros, los familiares de José Barreto Fuentes, queremos expresarle agradecimiento y gratitud en nombre de nuestro hermano, por haberle brindado su solidaridad, soporte y apoyo en publicar su libro "Prosa y Poesía" y al mismo tiempo expresarle su más vivo sentimiento ofreciéndole una amistad sincera incondicional.
Queremos hacerle saber a Ud. y muy especialmente a la familia Rodríguez, al Dr. Villasaña, hermanos Malavé y a todos Uds., habitantes de las Mercedes del Llano, que siempre estaremos a sus órdenes, retribuyéndoles el amor y hospitalidad que le ofrecieron a nuestro querido peregrino.
Ahora su alma, también peregrina, desde el cielo intercede ante Dios por todos, colmándolos de bendiciones...
De Uds., altamente agradecidos,
Familiares de José Barreto F.
Desde hace muchos años tuve el enorme placer de compartir con un gran amante del llano de este país; de el cual en algún momento fui receptora de sus hermosas anécdotas.
Estoy sorprendida y sin palabras, pero agradecida con Díos por haberme regalado, como dije en un principio el enorme placer de haber compartido con el.
Que Díos lo tenga en su gloria!!
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