LAS MERCEDES DEL LLANO EN LA PLUMA DE ARTURO USLAR PIETRI
Edgardo Rafael Malaspina Guerra
Humberto Jaramillo, amigo mercedesense amante de los
libros, la música llanera, el ajedrez y las peleas de gallos, me notifica de
una interesante lectura que hizo de “Tierra Venezolana”, donde Arturo Uslar
Pietri se refiere nuestro llano, y particularmente a Las Mercedes, en términos
hermosamente poéticos:
“Se mira poca gente en Chaguaramas , la mujer que está
en la puerta de una choza con un niño en los brazos, nos dice que los hombre se
han ido para trabajar para Roblecito. Valle de la Pascua tiene sus calles
empinados y terrosas , llenas de actividad. La plaza está en lo alto encuadrada
por grandes árboles. Tierras rojas y matorrales oscuros rodean el pueblo. De
Chaguaramas el camino parte hacia el Sur, ondeando sobre colinas . El automóvil
sube y baja como una canoa sobre las olas, mientras desde lo alto se divisa la
abierta extensión de las lomas de menuda paja fresca. Poco a poco la vista de
lo abierto se va haciendo más continua y más limpia. Las Mercedes está
sobre una loma. Hay grandes árboles y una vieja alameda. Cerca se alzan
torres de petróleo y algunas llamaras de mechurrios ondean sobre la paja verde con
su gran llama agitada … De Las Mercedes
hacia Palenque se entra al desparramado llano de las grandes terrazas de hierba
baja. Por grandes espacios no se encuentra ninguna habitación ni otra huella
humana que el recto trazado del camino. En un rincón del horizonte se alzan las
siluetas plateadas de unos depósitos de petróleo como la visión fabulosa de una
ciudad de Aladino. La pradera se extiende inalterable en una extensión que no
parece terminar; y cuando parece agotarse la vista, de otro plano más surge
otra terraza que parece llegar hasta el más remoto límite de la llanura.
Manchas de bosques de palmeras hacen apenas más sombra que la de una nube. El
sol de la tarde hace más transparente y profundo el horizonte. Hay que
detenerse para contemplar aquella inmensidad con sobrecogimiento. No puede
recibir más el hombre del don de alcanzar con los ojos, del don de poseer con
la mirada millares de leguas del más suave prado, de las más graciosas palmas ,
de la más serena presencia de la vastedad que lo rodea. La más cercana palma es
como el eje que une y sostiene en el más cristalino equilibrio redondos
millares de legua de aire luminoso y redondos millares de leguas de llano
verde”.
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