LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO: MÁS DE UN SIGLO DE HISTORIA
LIBRO DE EDGARDO MALASPINA.




LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA

LAS MERCEDES DEL LLANO Y SU HISTORIA
2014

domingo, 13 de febrero de 2022

LAS MERCEDES DEL LLANO EN LA PLUMA DE ARTURO USLAR PIETRI

 


LAS MERCEDES DEL LLANO EN LA PLUMA DE ARTURO USLAR PIETRI

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

Humberto Jaramillo, amigo mercedesense amante de los libros, la música llanera, el ajedrez y las peleas de gallos, me notifica de una interesante lectura que hizo de “Tierra Venezolana”, donde Arturo Uslar Pietri se refiere nuestro llano, y particularmente a Las Mercedes, en términos hermosamente poéticos:

“Se mira poca gente en Chaguaramas , la mujer que está en la puerta de una choza con un niño en los brazos, nos dice que los hombre se han ido para trabajar para Roblecito. Valle de la Pascua tiene sus calles empinados y terrosas , llenas de actividad. La plaza está en lo alto encuadrada por grandes árboles. Tierras rojas y matorrales oscuros rodean el pueblo. De Chaguaramas el camino parte hacia el Sur, ondeando sobre colinas . El automóvil sube y baja como una canoa sobre las olas, mientras desde lo alto se divisa la abierta extensión de las lomas de menuda paja fresca. Poco a poco la vista de lo abierto se va haciendo más continua y más limpia. Las Mercedes está sobre una loma. Hay grandes árboles y una vieja alameda. Cerca se alzan torres de petróleo y algunas llamaras de mechurrios ondean sobre la paja verde con su gran llama agitada …  De Las Mercedes hacia Palenque se entra al desparramado llano de las grandes terrazas de hierba baja. Por grandes espacios no se encuentra ninguna habitación ni otra huella humana que el recto trazado del camino. En un rincón del horizonte se alzan las siluetas plateadas de unos depósitos de petróleo como la visión fabulosa de una ciudad de Aladino. La pradera se extiende inalterable en una extensión que no parece terminar; y cuando parece agotarse la vista, de otro plano más surge otra terraza que parece llegar hasta el más remoto límite de la llanura. Manchas de bosques de palmeras hacen apenas más sombra que la de una nube. El sol de la tarde hace más transparente y profundo el horizonte. Hay que detenerse para contemplar aquella inmensidad con sobrecogimiento. No puede recibir más el hombre del don de alcanzar con los ojos, del don de poseer con la mirada millares de leguas del más suave prado, de las más graciosas palmas , de la más serena presencia de la vastedad que lo rodea. La más cercana palma es como el eje que une y sostiene en el más cristalino equilibrio redondos millares de legua de aire luminoso y redondos millares de leguas de llano verde”.