NOSTALGIA POR
EL PAPEL Y LA TINTA
(“La forma
suprema del arte es la poesía porque se eleva hasta la representación del
ideal” . E. Kant.)
LIBROS
GUARIQUEÑOS
EFLUVIO DE
MASTRANZAL
Edgardo Rafael
Malaspina Guerra
1
Efluvio de Mastranzal (1998) del poeta Ignacio García, nos da las
combinaciones de los sonetos con los corridos llaneros, los galerones con el
joropo. Hagamos un recuento. Con la primera carta de Colón a los Reyes
Católicos se dio inicio a la literatura latinoamericana. Colón decía que
Venezuela era una “tierra de gracia” y que sus hombres eran de buena estatura,
blancos y cabello liso. Luego vinieron los cronistas y los buscadores de El
Dorado. Había una literatura oral, pero después una literatura que enriqueció
el idioma. El llanero componía y cantaba. Era como se dice hoy un cantautor y
eso es lo que es Ignacio García Aular, un hombre de su raza y de su tierra.
2
Cuando García Aular escribe
sonetos lo hace a la manera de los modernistas y nos recuerda en todo tiempo a
Rubén Darío. Cuando García Aular escribe sus corridos, que le habían dado fama
porque le han puesto música, se nos parece a un juglar y acaso a Reynaldo
Armas. Con sus corridos y canciones García Aular ha sido reconocido,
galardonado y condecorado. Sus poemas nativistas corren de boca en boca en Las
Mercedes del Llano, pueblo del Estado Guárico, donde ha sido docente y de esa
tierra dura y seca ha extraído lo mejor de su repertorio. Ignacio García Aular
podría muy bien parangonarse con los cantores anónimos que Olivares Figueroa
recoge en su Folklore venezolano o en el Romancero de Machado.
3
En su soneto Fantasía García
Aular nos trae remembranzas de una poesía culta. Leamos:
Zarpamos en la
tarde gris ala caer el ocaso
en busca de mi amada, moreno
sargazo…
Y así por el estilo.
En un corrido nos recuerda
al Ernesto Luis Rodríguez de El color de entonces:
…A Barinas o al Apure ya/ que
cinco hermanos son/ Cojedes y Portuguesa/ si es al Guárico mejor/ y a Las
Mercedes del Llano / porque de ese pueblo soy.
Esta es una manera de encontrarse con la identidad, muy caro al
venezolano de nuestros tiempos.
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