EL MOCHO CELESTINO LEDEZMA
El Mocho Celestino Ledezma gozaba de una
formidable salud a pesar de su pasión por el vino y el cigarrillo. Era uno de esos raros ejemplares del
Síndrome de Churchill (Buena salud a
pesar de los vicios ) que
de no ser por alguna circunstancia
fortuita suelen llegar sin dificultad a
las cercanías de la centuria de vida.
Celestino nació en Las Mercedes del
Llano el 23 de diciembre de 1933 en una de las primeras casas del pueblo
denominada “Lontananza”. Su inquietud infantil rayaba el hiperkinetismo y eso
lo llevó a perder una de las extremidades superiores.
Pero su inquietud intelectual fue superior a
la física y pronto se convirtió en un lector que devoraba libros tras libros.
Con su insaciable sed de conocimientos y su infatigable curiosidad llegó a
saberlo todo por lo que se hizo un muchacho incómodo para sus maestros y pronto
quedó excluido del sistema : una prueba
más del Principio de Peter. Así nació el
autodidacta que llegó a ufanarse de haberle recomendada libros al propio Argenis
Rodríguez.
Prefirió las obras de historia, filosofía y
política. Estudió la Revolución Francesa, la Comuna de París y la Revolución
Bolchevique. Admiraba a Rousseau, Mirabeau y a Robespierre . Se
identificaba con el espíritu aventurero
de Miranda , sobre quien escribió un
ensayo con el cual ganó un certamen
literario .
Fue epicúreo, pragmático y un
revolucionario a carta cabal amante de
una cultura denominada por él “etílica”. Decía como Aristófanes que las copas
servían para refrescar el ingenio y pronunciar
algo inteligente. Libaba sólo cervezas, a las que llamaba “voladoras”. Afirmaba que
quien no bebe ni fuma, tiene la ventaja
de morirse sano; pero igual se muere.
Consideraba el vuelo de Yuri Gagarin uno de
los momentos más estelares de la humanidad y hablaba de ese acontecimiento como
si hubiese sido testigo presencial. En música reconocía sólo la clásica. Amaba
la novena sinfonía de Beethoven y Carmina Burana de Orff. La empatía del Mocho
con este último canto se explica porque
el mismo es reconocido como una crítica a las estructuras sociales, las
costumbres tradicionales y una alabanza a la vida de los vagabundos. Y
Celestino era un irreverente, un libertario y un errante que hizo suyas las palabras de Don
Simón Rodríguez : “Yo no quiero parecerme a los árboles que echan raíces en un
lugar, sino al viento, al agua, al sol, a todo lo que marcha sin cesar”.
Rafael Caldera alguna vez lo consideró su vocero, y Caupolicán
Ovalles dijo que valía la pena escribir
su biografía porque era un contestatario de ideas brillantes.
Edgardo Malaspina
1 comentario:
Hablar del Mocho Celestino Ledezma, además de hablar de su pueblo; es hablar de sus estudios,al final de los años 50` en la UCV. Tuvo una decidida participación en la famosa Huelga de Estudiantes de la UCV, que dieron al traste,entre otros factores sociales de la época,con la tiranía de Marcos Pérez Jiménez,durante el año 57.Hombre de recio carácter, centrado en sus ideas revolucionaria. Lo recuerdo siempre con muchos libros en su mano. Su actuación en la caída de la dictadura, fué determinante,razón por la cual, la tristemente célebre "Seguridad Nacional", policía política del dictador,le seguía sus pasos.
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